domingo, 6 de noviembre de 2011

III Marcha BTT Vía Verde la Campiña

CRÓNICA DEL SR. HERRUZO,
III MARCHA BTT VÍA VERDE LA CAMPIÑA

A las 8 en la Paloma¡¡¡ era la señal de salida, uno que llegó a las 8:02 ya le toco irse sólo, si Chiki, llegué tarde, pero que a las menos cinco ya habiais salido….., en fin sea como fuere, cuando llegué a La Carlota ellos aparecieron de no se donde, y eso que me paré a echarle comida al 205, por lo visto, preguntando no siempre se llega a Roma jajajja
En fin, dispuestos a disfrutar de un día de MTB en él que el Sol ayudó empezó el calvario del señor Gaitero nada más bajar la bici del transporte, y es que la Stevens es como un coche de rallye, ¡NO GANAS “PA” RUEDAS¡¡¡¡¡, a cinco minutos para salir decide desmontar la tubular y poner una camara a la antigüa usanza, como debe de ser, eso si, maldita la hora en que dijo: “No, la de atrás esta bien porque no se desinfla”, y mientras tanto, otro caballo de los ajierro se arreglaba las herraduras, pero esta vez cambió las llaves por unos alicates (Mora, piedra chica o grande, ahí andabas jajaja)
Tras las anécdotas precarrera nos acercamos a la montonera a escuchar los consejos de la organización y arrancó el paseito que nos llevó durante unos veintitantos km a través de las distintas aldeas que rodean La Carlota, ¿el problema? El pobre Gaitero, que seguía con su calvario y creo que fue antes de llegar a la primera aldea cuando ya se tuvo que parar a inflar la rueda de atrás….
Seguimos intercalando tramos asfaltados con caminos terrizos, dondé el barro que nos esperabamos tras las lluvias de la última semana apenas apareció y que más de uno agradeció porque cada vez que había un charco o arroyo la gente pasaba de puntillas, pobre los que fueran cerca de mi porque cogía todo bache con agua y los tenía que poner……

Ya en este punto de la prueba se notaba algo diferente, todo el “paseo” se hizo a un ritmo más alto de lo habitual, no se generaban los típicos grupos en los que la gente va rodando tranquilamente mientras charla, y menos cuando el terreno subía, ahí lo único que se escuchaba eran las cadenas bajando platos y subiendo piñones.
Finalmente llegamos al avituallamiento, las típicas avellanitas, una barrita de chocolate y un RED-BULL¡¡ si señor, esta gente nos quería dar alas¡¡ a to esto el Presi que saca uno de los suyos y le pregunta al Mora: “¿nos lo bebemos entre los dos?”, se lo pasa al Morilla y acto seguido la lata estaba arruga, ni un minuto le duró, así pasó después lo que pasó, y eso que decía que no tenía piernas.
Al final del avituallamiento la organización le dió algunos consejillos a los tres primeros corredores porque los que estabamos algo más atrás la verdad es que de mucho no nos enteramos, la cosa era que, a partir del avituallamiento había unos 8 km neutralizados y acto seguido y sin reagrupamiento, el coche se retiraba y comenzaba la competición, aquí si que empezaron los nervios, era como una llegada al sprint, 150 corredores buscando una buena posición para la salida, se mascaba la tensión, frenaba un poco el de delante y por detrás sólo escuchabas frenazos y pensabas “en una de estas vamos a pegar un ostión entre todos que verás” así que el Mora y yo ibamos más preocupados por la posible ostia que por buscar huecos.
Seguimos por el casco urbano de una aldea antes de comenzar la prueba y un hombre miró con espectación el pelotón, y en mitad de la tensión sólo se le escucharon tres palabras “¿Dónde están las hembras?” risas generalizadas y comenzamos un peligroso descenso en cuyo final se giraba a la izquierda y comenzaba la competición. La graba suelta hizo que se mascara la tragedia, yo el primero, que se me fue la rueda delantera y me ví debajo de 100 bicis….. .
Al girar nos esperaba una cuesta e intenté ganar posiciones para no quedarme encerrado como la semana pasada, así que plato grande y “palante”, cuando acorde estaba a rueda de Pavesita y pensé: “aquí falla algo, o este no está muy bien o yo me estoy pasando de listo”, efectivamente, me pasé un poquillo, levante el pie y seguí buscando un ritmo cómodo, iba adelantando poco a poco, y me iban adelantando, así durante algunos kilometros hasta que dejamos de adelantarnos para formar un grupeto de unos 12 o 15 corredores en el que también había entrado el Mora. Así entramos en la Vía Verde y seguíamos a no mucha distancia el Grupo del Presi y compañía. El año pasado ya pasamos por aquí, y conocedor del camino, avisé al Mora que nunca fuese por el medio, que estaban los pivotes y al ritmo que ibamos no daba tiempo a esquivarlos, poco después era un compañero de grupo el que se lo tragó rebentando su rueda. Antes de salir de la Vía Verde se ensancho algo el camino, intentamos adelantar posiciones pero yo escogí el lado malo, había un gran agujero en el suelo, tuve que frenar y seguir por la derecha perdiendo la rueda del Mora, aquí comenzo el Show de Cancellara.
Se puso en cabeza de pelotón y parecía la típica etapa del Tour cuando comienza la subida del último puerto y el equipo empieza a apretar descolgando a los más débiles, fue muy divertido, aunque yo fui uno de los danmificados me lo pasé bien viendo como descuartizaba el grupo, yo iba a cola y cada vez que uno rebentaba me costaba darme una buena paliza para volver a entrar en el grupo y más con el aire de cara, la quinta o sexta vez lo hice lo mande a chu…. . y me quedé con las piernas como botijos y sin saber cuanto me quedaba para llegar.
Busque un ritmo por encima de lo más cómodo y seguí cogiendo a los que el Mora dejaba ternitos ternitos, hasta que tuve que levantar un poco porque iba destrozado. Aquí me vino un bajón moral y es que empecé a ver como los de delante se me iban y los de atrás se acercaban, ese quiero y no puedo que te mata. Intenté mantener el ritmo alto por mucho que me doliesen las piernas y sólo uno me pasó y lo usé de referencia para no perder más posiciones. Me marqué el objetivo el coger a uno que parecía tocado por delante y gracias a eso aguanté hasta el final.
Un giro a la izquierda y ya se veía el pueblo lo que me ayudó a dar un punto más hasta que lo cogí en la entrada. Parece ser que por detrás alguien se marcó los mismos objetivos que yó, pero a mi me tocaba ser la víctima, me pasó justo cuando pasé yo al otro, pero no se porqué, no tenía ganas de quedar tras él, así que mantuve las distancias, lo veía dandolo todo, sin más desarrollo que poner, a golpe de riñon quería escaparse y yo busqué la cadencia para seguirlo, al final un bonito sprint donde no se donde encontré las fuerzas pero conseguí llevarme el gato al agua justo antes de la meta.
Por delante el Presi llegó con el grupo de cabeza pero no encontró una buena posición al lanzar el sprint y no pudo disputar la victoria, el Pave detrás y el Mora. Tras mí llego el Gaitero con su calvario. En cuanto a la organización, le daría un 10 con un pero, ¿Una Tapa? Que menos que dos o tres¡¡¡¡¡, por lo menos la tortilla de sanwich estaba buena no Chiki?

P.D: Nos quedamos sin bici.


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