Marcha de FuenteObejuna según Herruzo con su Histórica

Nada más llegar a la salida ya íbamos calentitos tras subir ese cuestarrón desde los coches, menos Juan, que prefirió aparcar cerca de la carpa y ahorrarse el paseo. Antes de salir, el frio se hacía presente, en este caso era el Gaitero, que tanto se reía de mí en La Granjuela, el que no dejaba de tiritar. Tras los consejos de la organización, empezamos a pedalear.
Primero un recorrido neutralizado por el pueblo como calentamiento, donde cada vez que había que bajar, la histórica demostraba su presencia con ese ruido tan característico de sus frenos. Al llegar a la tierra, donde la carrera se lanzó, Juan Claudio, Baby Tomás y yo, ya éramos últimos, pero sólo era el principio de una bonita carrera.
Por los llanos iniciales íbamos pasando a algunos compañeros de carrera y la histórica, con su desarrollo característico, me ayudo a apretar hasta ponerme a la altura de mi hermano, donde volvía a pasar algo, también característico de esta máquina, en un bache, un salto de cadena y me tuve que parar, no, no se había salido, ese salto de cadena la llevo al plato extra grande (ya que no tiene plato chico, tiene grande y extra grande, para ir a jierropartioooo).

En fin, llegado a este punto, me uní a Juan Claudio y seguí pasando penas con él, charcos, charcos y arroyos, aunque aun no llovía, el barro estuvo presente en todo el camino. Tras salir de esta zona nos dirigíamos al primer repecho del circuito. Mientras llegábamos, Juan vio que ya había un retirado y mientras nos acercábamos vimos que se trataba de la platanita y mi hermano se estaba montando en el coche escoba, un pinchazo lo retiraba de la prueba.
Primer repecho importante y la histórica, con su plato menos grande, marcaba el ritmo para después perderlo cuando el terreno bajaba por un pedregal, la incapacidad de los frenos no acompañan a la velocidad, si vas muy rápido, seguramente luego no podrás pararla, creo que era el spot que usaba Conor cuando la anunció. Casi no podía seguir a Juan y a una menos clásica que nos acompañaba en el trayecto.
Seguimos por este bonito recorrido donde más arroyos se nos cruzaban hasta llegar a la primera zona dura de verdad, aunque me propuse llegar hasta el final a fuerza de pedales, cuando el terreno se empino del todo, tuve que bajarme como prácticamente todos los que pasábamos por allí en ese momento. Una vez pasada esta zona, de nuevo arriba y a pedalear hasta el primer punto de avituallamiento, aquí, Juan y yo echamos cuerpo a tierra y a comer¡¡¡
Después de comer llegó la zona más dura para mí, los rápidos y bacheados descensos, en seguida me di cuenta de que no había ajustado bien el nivel de rebote al amortiguador porque estaba realmente duro. Aunque me hubiera gustado hacer más lenta esta parte, no pude, los frenos hacían lo que podían, pero entre las cosas que pueden hacer estos frenos no está el hecho de parar la bici. Cuando acabó el primer descenso aun podía ver a Juan, intenté salir rápido pero por más pedaladas que daba la histórica no andaba, durante el descenso había escupido la cadena del plato, pie a tierra, arreglo y a seguir en soledad el resto de descensos, aunque era lo mejor, así no me estrellaría cuando el de adelante si frenara.
En fin, los descensos acabaron y en el llano decidí apretar para intentar enganchar de nuevo con Juan, iba a jierropartio cuando en un bache la histórica me puso patas arriba. Pienso que es la mayor talega de mi vida, al principio no sabía ni donde estaba, vi a unos compañeros que se acercaban y creí que se habían dado la vuelta para ayudarme, pero no, el que se había dado la vuelta era yo. Acababa de estrenar el casco, pero el casco sólo cubre la cabeza. Pensé en retirarme por el dolor, pero los ánimos de los compañeros y la retirada de La Granjuela me hicieron montarme e intentar llegar a la meta. En este punto, Tomás ya me había cogido, enderecé la dirección, le puse la cadena en su sitio y seguí junto a Tomás.
Cuando llegó el último ascenso Tomás empezó a rezagarse, y acabé cogiendo a varios corredores hasta enganchar con el grupo de Cerrobike, con los que llegué al peor descenso del recorrido, aquí sí que eche pié a tierra y a bajar andando. De repente, escucho como alguien baja, levanto la cabeza y suelto un “ánimo valiente” agacho la cabeza y acto seguido escucho un golpe, cuando vuelvo a mirar sólo veía una bici con las ruedas hacía arriba y un muchacho  debajo. Se levantó y seguimos juntos la última parte del ascenso hasta que de nuevo un fallo en la cadena frenó mi camino y perdí la rueda de mi nuevo compañero.
Una vez llegado arriba, comer e intentar acabar. Descensos suaves hasta el avituallamiento y un arroyo en el que si pasas con una bici más baja te ahogas, en ese momento, pensé en si Juan se habría dado un baño….
A partir de aquí poca historia más, la niebla se perdió y dio paso a la lluvia de verdad, lo que hizo más duro el final, el frío se metía en el cuerpo y por delante un camino extenso en el que Fuente Obejuna no acababa de aparecer por mucho que la gente de organización decía que ya quedaba poco. Tras escoger el camino corto a la meta, la histórica seguía adelante con paso firme hasta llegar a ver, por fin, el pueblo, donde aún quedaba una última cuesta hasta la meta, cogí velocidad (Difícil no hacerlo sin frenos), y me dispuse a llegar hasta arriba, pero la pobre no pudo más, 20 años son demasiados, y a unos 30 metros de comenzar el ascenso el pedal se partió, pero gracias a Dios, no me dejé la genética en el cuadro, pie a tierra y hasta la meta andando, había que acabar como fuera y como fue.
Por último decir que hasta el momento, la de Fuente Obejuna, por paisaje y por un circuito en el que se mezclan zonas lisas con pedregales y llanos con desniveles  ha sido la ruta que más me ha gustado, repetiremos el año que viene¡¡¡¡¡ La histórica no lo aseguro al 100%
Un saludo a jierropartioooooooo

Escrito de José García Herruzo con su Histórica